Vallorcine

Vallorcine, un verdadero remanso de paz

Vallorcine, la última localidad del valle de Chamonix-Mont-Blanc antes de llegar a Suiza, ha sabido conservar su carácter, que combina autenticidad y naturaleza. 

¿Qué hacer en Vallorcine?

Tanto en verano como en invierno, el «valle de los osos» ofrece numerosas actividades deportivas y culturales. 
En invierno, los reyes son los deportes de nieve. El esquí, los trineos tirados por perros, el luge, el esquí de travesía o los paseos con raquetas te permitirán descubrir esta naturaleza bien preservada. En verano, las excursiones, el ciclismo de montaña, la pesca o la escalada harán las delicias de los amantes de la calma y los grandes espacios abiertos. Los más deportistas disfrutarán poniéndose a prueba en el monte Buet (3096 m), también llamado el «Mont Blanc de las damas».

Desde Vallorcine se llega fácilmente a las cascadas de Barberine y de Bérard. Puedes ir hasta la presa de Emosson, en Suiza, para observar huellas de ancestros de los dinosaurios. 
Descubre la particular historia de la localidad y de las pequeñas aldeas que la componen. Los apasionados de la arquitectura no querrán perderse los raccard, graneros de trigo cuyo peculiar diseño no existe fuera de Francia, y que son signo de los orígenes valesanos de Vallorcine. 

Vallorcine, un conjunto de aldeas con encanto situadas a los pies del macizo de las Agujas Rojas, es accesible desde el paso de montaña col des Montets. En invierno, la ruta se suele cerrar por el riesgo de avalancha. El tren Mont-Blanc Express se convierte así en el medio de transporte habitual. En temporada alta, pasa cada hora. 
Desde 2004, Vallorcine está conectada con la estación de esquí de Balme mediante telecabina.

Vallorcine tiene una excelente oferta tanto deportiva como cultural, todo ello en un entrono natural de excepción.